Devon gobierna una rica provincia del poderoso imperio regente pero en sus sueños, el joven soberano no se ve como el señor de la cama. Siendo señor de todo, en las profundidades de la noche, él, únicamente quiere rendirse a un poder más fuerte, a un hombre dominante. La estrella de todos sus sueños húmedos, es el magnífico hombre del desierto, Xan, el gladiador campeón. Devon fue el que lo sentenció a morir en la arena como ejemplo para todos los rebeldes del desierto. También fue quien le perdonó y le dio su libertad. Cuando Xan acompaña a Devon como escolta del soberano en un peligroso viaje hacia las tierras salvajes, la cruda pasión, la traición, y el deseo imposible, imperará sobre ambos hombres.
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Sandra
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